El amor es más que un sentimiento. No podemos limitar el amor a solo sentir. El amor es una actitud hacia otro, una forma de vida, en la que no cabe el egoísmo. Muchas veces creemos que amar a Dios es sentir hacia Él lo que sentimos cuando estamos enamorados de alguien, pero no, amar a Dios es vivir respetándolo, cumpliendo con lo que nos manda, amar a Dios más que un sentimiento es una decisión personal de vivir por Él.
Lo mismo pasa con nuestra familia, nuestra pareja. No siempre sentimos amor por quienes nos rodean. Muchas veces no sentimos nada por ellos, pero aún así vivimos por ellos y eso es amar. Los sentimientos son muy hermosos, aunque a veces son engañosos y por eso no deben regir nuestra vida. Amas a tu familia, a tu pareja, a Dios por lo que haces por ellos, no por lo que sientas. Pero nunca olvides que el amor siempre va de la mano con el respeto a los demás y a nosotros mismos.
"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".
1 Corintios 13:4-7